Creada en el año 2009 en el marco de los Proyectos Educativos con TICS y auspiciada por el PROMEDU, seleccionada por el Ministerio de Educación como experiencia notable para representar a la provincia de Corrientes.



Declarada de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de la Municipalidad de La Cruz según Ordenanza Nº 197/10.



Seleccionada como experiencia ganadora para ser presentada en el Foro Argentino de Docentes Innovadores 2010 en la ciudad de Buenos Aires.



Participante de Periodismo Escolar en Internet.



Segundo Premio en el Foro Argentino de Docentes Innovadores 2010.-


Con reconocimiento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación-


viernes, 7 de mayo de 2010

LEYENDA DEL AGUA SANTA

Virgen "SANTA LUCIA"



En tiempo remotos, en Mbororé, vivía un poderoso cacique de la tribu guaraní, cuya mujer era muy conocida en muchas leguas por su caridad y su piadoso temor a Tupá.
Tenían ellos un solo hijo, tan valiente guerrero como sanguinario déspota. Al morir su padre, lo sucedió en el mando de la tribu y celoso de la fama de su bondadosa madre, concibió el proyecto de asesinarla. Una vez madurado tan abominable plan, invitó a ésta al recorrer el bosque.
Sin imaginarse siquiera la tenebrosa idea de su querido hijo, llena de alegría, lo acompañó. Al llegar a un lugar a propósito para cometer su crimen, el joven guerrero asestó un feroz golpe, con un madero, en la cabeza de su bondadosa madre, quien se desplomó inerte. Creyéndola muerta se apresuró a borrar las huellas del asesinato; cavó un profundo hueco colocando el cuerpo en él, en posición vertical y luego procedió a taparlo. Cuando solo quedaba afuera la cabeza, la pobre víctima volvió en sí y al darse cuenta de la maldad de su hijo, abundantes lágrimas bañaron su rostro.
En tal forma lloró , que las lágrimas al correr llevaban la tierra que su hijo arrojaba pretendiendo sepultarla viva. Furioso al ver que no podía ocultar su crimen, tomó de nuevo el madero y volvió a asestar otro golpe a la cabeza. Allí recibió el castigo de Tupá pues en el acto se convirtió en piedra.
Reblandecido el terreno por las lágrimas que seguían brotando de los ojos llorosos, la piedra fue hundiéndose en el suelo hasta desaparecer bajo tierra.
Pasó el tiempo. Un día , los ancianos de la tribu encontraron en el mismo lugar una vertiente, y en el medio de ella una imagen llorosa.
Intentaron extraerla, pero en el momento en que iba a ser tocada, la imagen desaparecía.
Entonces se llamó a la vertiente EL AGUA SANTA y hasta hoy es conocida con el nombre de AGUA SANTA y está situada a un kilómetro al norte del pueblo de La Cruz.
Corría en el año 1.878. Al lado del monte del AGUA SANTA tenían su choza los ancianos Velozo. La señora, doña María Velozo, más conocida con el nombre de LA LALU, tenía en su casa un criado negro, hijo de esclavos. Ambos, ama y criado, eran muy caritativos.
Una mañana que como de costumbre visitaron la vertiente de la imagen, el negro quiso palpar esa santa que se veía y entonces se produjo el milagro: la santa no solo no desapareció sino que se dejó sacar de la vertiente.
Con todo respeto fue trasladada a la morada de la Lalú, quien le hizo construir un nicho, donde colocó a la imagen que medía más o menos 18 cm. de altura. La vertiente de donde fue sacada se convirtió en lugar santo, sirviendo de agua pura, en un principio para bautizar y más tarde para curar toda clase de enfermedades.
Pasaron los años, falleció Lalú, después el negro, que por nada quería separarse de la imagen, a quien veneraba por encontrarla parecida con Santa Lucía.
Hoy esta imagen es venerada como dicha santa , y el mayor misterio es que siendo una maderita crece y tienen necesidad sus poseedores de cambiarle periódicamente el nicho porque su cabeza alcanza la parte de arriba.
La primera vez que esto sucedió mandó agrandar el nicho don Honorio Garay, después se la tuvo que cambiar tres veces más. En el año 1.931 medía aproximadamente cuarenta y cinco centímetros de altura y se hallaba en posesión de una descendiente de la LALU, María Mercedes Velozo, alias Lela.
Al lado del pozo que formó la vertiente hay un planta de laurel negro, cuyas ramas forman una cruz. La piedra de la leyenda fue extraída por don Vicente Silveira y tallada en ella la cabeza de un indio, que se encuentra en el patio del Destacamento Reforzado La Cruz.
Actualmente es poseedora de la Virgen la familia Barcellos y la imagen mide cincuenta y siete centímetros de altura.

Serpa y Vidal.

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